El troquelado de lámina es uno de los procesos bien conocidos dentro de la industria de la construcción, ya que en más de una ocasión se ha trabajado con este tipo de material en diversas obras. Aunque es uno de los materiales más utilizados, en ocasiones se desconoce el o los procesos a los que tuvieron que ser sometidos para lograr convertirse en el producto final que llega hasta nuestras manos y que conocemos a la perfección cómo trabajarlo y hasta removerlo. 

Y no, no es que se trate de un proceso complicado cuyo trabajo deba ser guardado en secreto, sino que en ocasiones se está tan acostumbrado a verlo como parte del día a día que es difícil preguntarnos cómo se hace.

Al igual que sucede con otros materiales, el troquelado requiere de personal especializado y comprometido con la producción de calidad que permita cimentar las bases de las grandes construcciones que forman parte del entorno urbano actual de la sociedad. 

Entonces ¿cómo se realiza el troquelado de lámina?

Bueno, lo primero que hay que entender es que el troquelado es un proceso industrial de producción, a través del cual se pueden trabajar láminas metálicas e incluso fabricar las piezas precisas para poder perforar y cortar de la forma más adecuada, misma que requiere de maquinaria especializada que funciona a base de troqueles; de ahí que se le nombre de esta particular forma.

El troquelado de lámina correcto se lleva a cabo en tres fases, las cuales deben ser precisas y en las que se puede usar tanto láminas de acero como aleaciones ligeras. Entre las etapas para lograr un troquelado perfecto encontramos: 

Corte o punzonado

Esta es una de las principales y más importantes etapas por las que tiene que pasar un proceso de troquelado, el cual requiere de la máxima atención del personal especializado.

Los desechos de material deben ser los mínimos por lo se utiliza maquinaria especializada para realizar los cortes que ayudarán a separar las partes y por lo general el tipo de lámina cuenta con un espesor igual o menor al diámetro del punzón que se utiliza.

Doblado y curvado

En esta segunda etapa del proceso, el trabajo comienza a ser mucho más sencillo en comparación con el primer paso en el que hay requerimientos mucho más especializados a los que se debe prestar atención.

Para esta etapa es necesario que el radio de la curvatura sea de igual o mayor grosor que la lámina a trabajar para garantizar que no se provoquen rupturas en la fibra que lleguen a dañar la pieza; mientras que, para el doblado se debe calcular de acuerdo a las necesidades específicas de la lámina que permitirán que esta no sufra alguna variación durante el proceso. 

Embutido

Ya en la última etapa del proceso, se trata de un trabajo más sencillo y común de realizar. Para esta las piezas ya recortadas serán ‘embutidas’ contra una base firme que evitará la formación de pliegues, mientras que un punzón ayudará a estirar el material para poder producir una pieza hueca con el acabado final para ser comercializada de la forma en la que llega al comprador final. 

 

Como puedes observar el proceso de troquelado de láminas tiene algunas necesidades muy específicas que solo pueden ser llevadas a cabo de la mano de un experto en el tema.

Es por esto que en Molduras de Lámina contamos con personal especializado para que todas tus piezas sean fabricadas a la perfección y con la calidad que solo unos cuantos pueden ofrecer.

Contáctanos y uno de nuestros asesores te brindará la información que necesitas para cualquier proyecto que tengas en mente.

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